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Este trabajo consiste en un análisis detallado del diseño de niveles de Ghostrunner, un videojuego de acción en primera persona que combina elementos de parkour y combate en un entorno ciberpunk. El estudio se centra en la estructura de los dos primeros niveles, explorando cómo se integran las mecánicas básicas, la curva de aprendizaje y la gestión de la tensión a lo largo del recorrido.

El análisis profundiza en el uso de elementos visuales y de diseño espacial que guían al jugador, la introducción progresiva de nuevas habilidades, así como en la disposición estratégica de los enemigos y la narrativa ambiental. Además, se examina el ritmo del juego a través de la alternancia entre secciones de alta intensidad y momentos de pausa o transición. Este trabajo pone en valor las técnicas empleadas para equilibrar desafío y accesibilidad, aportando claves sobre cómo un diseño de niveles bien estructurado contribuye de forma decisiva a la experiencia de juego.